jueves, 27 de diciembre de 2007

Hipocresia Ambiental

Es curioso cómo las ideas, a veces matemáticamente construidas, pueden derrumbarse con la facilidad de retirar el último naipe del castillo. Yo soy de esos que disfrutan desmoronando castillos ajenos y que dejo desnudos los míos a la espera de un argumento bien diseñado. Durante la segunda semana de diciembre, en la Fundación Tormes se celebró un curso sobre campañas y medios de comunicación ambiental donde, entre una infinidad de ideas prácticas y lejos de huir de temas incómodos nos sumergimos en interesantes debates sobre el futuro ambiental. Es decir, sobre el futuro.

Hubo “carne de Averno” (chicha, vamos) para varios años, a diferentes niveles y temas. Hubo salidas de tiesto, razonamientos retorcidos, crédulos, críticos, aplastantes y abiertos. Siete tazas para cada uno. Y es que no hay nada mejor que un grupo heterogéneo y reducido de gente comprometida y nada ignorante para convertir un camino en el maldito nudo sur de la M-30, donde cada carril acaba en una realidad que merece ser contada.

El fondo que quiero tratar aquí se nos dio cuando rellenamos la inscripción al curso. El tema era interesante, las condiciones inmejorables, el precio casi gratuito… y la subvención corría a cargo de Iberdrola. Sí, de una de esas empresas energéticas, que ganan dinero cuando preferimos halógenos a bombillas de bajo consumo. Ésta que construye embalses en el valle de Monfragüe, la misma que proyecta centrales térmicas y nucleares, la empresa que respira euros y expira dióxido de carbono… pero que se vende orgullosa con un logo verde y dos hojas de árbol.

Para un profesional del medio ambiente, para un mercenario aventajado, el dilema no era tal. Pero muy pocos lo éramos. Nos cueste o no, el medio ambiente arrastra una importante lacra ONG, de defensa individual, de reaccionarios antisistema y se nos aprietan los nudillos con las injusticias y las incoherencias. Y no me malinterpretéis, eso me encanta. Es posible que sea cosa de la edad, eso que dicen que uno tiende a creerse invencible (o invendible) y no le gusta dar muchas vueltas a las cosas. Iberdrola malo. Térmica malo. Pajarito bueno. Pajarito exótico malo. ¿Pajarito Iberdrola… bueno?

Empezar desde el principio no siempre es bueno. No puedes morder la mano que te da de comer. No puedes exigir coherencia usando Internet en mi casa con la calefacción a tope. Y echando gasolina a la moto. Y comprando espaguetis de trigo BT. Y dejando el ordenador encendido toda la noche para bajarte “una realidad incómoda” del emule. Y sonriendo con lo bonito que ha quedado la Castellana con las luces de este año. Y encomiando que el vicepresidente del país que no firmó Kyoto ahora gane el Nóbel por su labor frente al cambio climático. Y quitando tu pegatina de “nuclear no, gracias”. Y poniendo la de eólicas sí. Y luego quitándola… vamos, lo incoherente sería no aceptar de Iberdrola una subvención para tu propia formación ambiental. Es duro, y podemos darle todas las vueltas que queráis, pero no existe coherencia ambiental. No existe.

Pero al final lo comprendes. Aprovecha lo que te ofrecen, júzgalo bajo tu prisma, respeta y actúa en consecuencia. Estábamos usando a Iberdrola para formarnos. Si Iberdrola nos estaba usando para limpiar su estigma energético era una cuestión secundaria. De allí salimos más fuertes, más profesionales y con más llaves para abrir puertas. El tiempo es un regalo y de todo se aprende. Sin embargo, y aunque me duela, puede que cuando vea ese logo verde de las hojas no pueda sentirme un poco más cerca de ellos, un poco más vendido, y con un poco más de fe que en que a lo mejor ellos, y no nosotros, tienen la solución

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo contigo. Por mucho que la busquemos no existe la coherencia total cuando se habla de medio ambiente.
De hecho, cualquier persona que quisiera ser completamente coherente con el medio ambiente en su forma de vida debería vivir como nuestros antepasados. Es decir, debería vivir sin ninguno de los productos que se fabrican en la actualidad, ni si quiera los más básicos, pues tal y como está
organizada la sociedad cualquier producto en el que pensaramos acarrea un impacto ambiental fuerte, aunque sólo fuera por su transporte.

Anónimo dijo...

Pru, me parece muy bien tu comentario, pero olvidas el concepto de Desarrollo Sostenible. Actualmente no se puede vivir como lo hacian nuestros abuelos, la forma de vida nos lo impide:
-Si trabajas fuera de la ciudad donde vives tienes que ir en coche, para ir en burro tendrias que madrugar demasiado.
-En una ciudad no puedes plantar tomates ni lechugas en tu balcón, con lo cual acabas comprando los alimentos necesarios en el super mas cercano (generando residuos tipo bandejas de poliespan y plastico).
-Estudiar o trabajar por la noche a la luz del candil se hace complicao, acabarias encendiendo la luz.
-Hacer un brasero para no enchufar la estufa y ahorrar enegia da lugar a emisiones contaminantes a la atmósfera y al consumo de biomasa, imaginate la deforestacion que se producieria si todas las familias tuviesen que hacer braseros todos los dias.
-...

Con esto lo que quiero decir es que hoy en dia tenemos que basarnos en el desarrollo sostenible, entendiendose como aquél que permite el desarrollo de la generación actual, posibilitando que las generaciones futuras puedan desarrollarse por si solas. El desarrollo sostenible apunta a tres grandes objetivos, desarrollo económico, social y ambiental.

Por ello lo que debemos conseguir es intentar conservar el medio ambiente haciendo que nuestras acciones (grandes o pequeñas) le afecten lo menos posible (uso de bombillas de bajo consumo, ducharse en vez de bañarse, reciclando, ...)

Anónimo dijo...

Eso es lo que trataba de decir con mi comentario anterior.
Nadie se puede plantear ahora vivir como en el pasado, por eso la coherencia ambiental no existe. O por lo menos la coherencia ambiental total.
Por otra parte está claro que hay que tender hacia esa coherencia lo más posible, pero siendo consciente de las limitaciones y siempre sopesando las ventajas e inconvenientes.
Un buen ejemplo es el de Iberdrola, si subvenciona un curso para profesionales del medio ambiente, sería una tonteria desaprovecharlo alegando que el que paga es iberdrola.

Un saludo
http://arcana-rural.blogspot.com/